-
Arquitectos: Plasma Studio
- Área: 420 m²
- Año: 2012
-
Fotografías:Hertha Hurnaus
-
Proveedores: HEISS FENSTER
Este proyecto fue concebido para resolver una problemática en dos partes: (1) La Residencia Alma - una casa de huéspedes en Tirol, con 6 departamentos de vacaciones, en un edifico de 1960 con un techo a dos aguas - con una circulación común y un núcleo de servicios, y (2 ) Una nueva casa para Ulla Hell, el arquitecto del proyecto, quién estaba buscando una nueva residencia para su familia de cinco personas en la comunidad de montaña de Sesto, en Alto Adige.
El resultado: un espacio infrautilizado en el techo de la residencia dio paso a una corona angular, conectada a un espacio de recepción en la planta baja y a una oficina. Después de haber dejado su huella en la Residencia Königswarte, con la adición del hotel Strata en 2007, Plasma Studio intentó seguir una organización similar en la piel de este proyecto.
La ruta de acceso es señalada por la piel de la madera, plegada alrededor de la chimenea para volver a la tierra. Los espacios intersticiales entre los muros exteriores y las bandas de madera se abren a nivel del suelo para ofrecer espacios protegidos al aire libre. El equipo de diseño usó un software de modelado paramétrico para optimizar la densidad de estas tiras de madera y su subestructrura de metal, poniendo en equilibrio el presupuesto, la estética, la privacidad y las vistas. Este enfoque permitió la flexibilidad durante la fase de diseño y la producción de elementos prefabricados a un ritmo eficiente.
La estructura del hotel sigue una distribución regular de módulos a lo largo de una columna vertebral de circulaciones. El volumen se logró a través de secciones horizontales alrededor de los espacios aterrazados con flujo libre. En la parte superior, seguimos un programa más flexible para crear condiciones espaciales únicas. Estos volúmenes interiores se representan legibles desde el exterior a través de las tiras de madera - una representación honesta de la actividad lúdica del interior.
El interior de la casa se caracteriza por una visión en 360 grados. La más espectacular de estas vistas es una que mira hacia el cielo a través de una incisión sobre la escalera central. Esta apertura ofrece una lectura inmediata de las condiciones climáticas exteriores, recogiendo la precipitación y recibiendo la luz solar directa.
Todos los espacios de vida en la residencia privada tienen acceso directo al exterior a través de una serie de terrazas y jardines. Sus múltiples puntos de acceso incluyen: una entrada principal a través de una conexión interna a la casa vecina, una serie de aberturas que siguen la topografía natural, y una escalera externa que conecta la tercera terraza de la planta con el jardín. Cada habitante puede encontrar su propia ruta.
Una paleta de materiales y colores limitados dan fuerza al espacio, con toques de color en el baño de los niños. Las paredes blancas proporcionan un telón de fondo para una exhibición cambiante de sombras desde el techo plegado.
El proyecto se construye de elementos estructurales de hormigón armado cuando toca la topografía, mientras que la superestructura se construye a partir de madera prefabricada laminada (CLT) con aislamiento de fibra de madera y sellados de alquitrán negro. La piel exterior es de madera de alerce sobre una estructura de acero galvanizado.
A
través del uso de la forma, los materiales y los puntos de vista, este proyecto
recién terminado coquetea con su contexto en tres escalas. El
primero y más inmediato, con su anfitrión: como una adición a la
residencia Alma, que comparte un núcleo recientemente renovado, llevando
la geometría fractal de la azotea a la oficina italiana de plasma a
través de un esqueleto cartesiano.
El
segundo, con su vecino: definiendo la
próxima generación del complejo hotelero de propiedad familiar. Y,
por último, con su terreno: los actos escultóricos de la adición funcionan no como
un parásito, sino como un mediador entre la casa existente y la
topografía circundante, que se extiende desde el paisaje como un liquen.